U530 una raza de asesinos
U530
El U-530 fue botado en julio de 1942 en los astilleros “Deutsche Werft” y entró en servicio tres meses más tarde.
Era un submarino de la clase IX C/40, su eslora era de setenta y siete metros de largo y su manga de siete metros, con capacidad de transportar 44 tripulantes.
Con un desplazamiento de 1144/1247 t, tenía una autonomía de 11.400 km pudiendo desarrollar una velocidad de superficie de 17 nudos y en inmersión de 7 nudos. Poseía 6 tubos lanzatorpedos, con 21 torpedos a bordo.
Su primer capitán fue Kurt Lange, un veterano de 40 años. Bajo su mando, el historial de servicio del submarino no había sido destacable y el U-530 tenía fama de “submarino con suerte”, había completado un total de 5 patrullas, hundiendo 2 buques (12. 063 t) y 1 dañado.
En enero de 1945, Lange consigue un destino en tierra, haciéndose cargo de la nave el que hasta
EL joven Capitan Otto Wermuth
ese momento fuera su primer oficial, Otto Wermuth, un teniente de navío de 24 años.
Wermuth se desempeñaba como submarinista desde principios de 1941, comandando por un breve periodo el U-853.
La mañana del 10 de julio había amanecido nublada y muy fría en Mar del Plata, entre las escolleras del puerto todo parecía normal hasta las 07:30. A esa hora el personal de vigilancia advirtió unas señales luminosas que venían desde mar adentro a unos 5 km de la costa.
El capitán de corbeta Ramón Sayús, a cargo de la guarnición, fue despertado de urgencia y conducido hasta el puesto de observación. Momentos más tarde, cuando descifró el mensaje que las luces transmitían, casi no creyó lo que estaba viendo, alguien desde alta mar se estaba identificando como «submarino alemán». Luego de 15 minutos, el capitán Sayus y el comandante alemán empezarían a intercambiar mensajes.
El oficial alemán se identificó como Otto Wermuth y le dijo que su intención era rendir el submarino ante autoridades argentinas. Después de aclarados los términos de la rendición, dio su autorización para que el submarino avanzara navegando en superficie y atracara amurado al guardacostas, junto a la escollera del puerto.
Las maniobras de amarre fueron tensamente vigiladas desde tierra, y una vez concluidas, los marinos argentinos vieron como Wermuth luciendo su uniforme de gala y sus condecoraciones, hacía formar en cubierta a sus hombres y esperaba a que llegara a su nave la tripulación de presa que tomaría el control del submarino.
A las pocas horas de la llegada del U-Boot, Wermuth y las autoridades argentinas firmarían el acta de rendición en regla, izándose a continuación la bandera Argentina en el puente.
El U-530 fue botado en julio de 1942 en los astilleros “Deutsche Werft” y entró en servicio tres meses más tarde.
Era un submarino de la clase IX C/40, su eslora era de setenta y siete metros de largo y su manga de siete metros, con capacidad de transportar 44 tripulantes.
Con un desplazamiento de 1144/1247 t, tenía una autonomía de 11.400 km pudiendo desarrollar una velocidad de superficie de 17 nudos y en inmersión de 7 nudos. Poseía 6 tubos lanzatorpedos, con 21 torpedos a bordo.
Su primer capitán fue Kurt Lange, un veterano de 40 años. Bajo su mando, el historial de servicio del submarino no había sido destacable y el U-530 tenía fama de “submarino con suerte”, había completado un total de 5 patrullas, hundiendo 2 buques (12. 063 t) y 1 dañado.
En enero de 1945, Lange consigue un destino en tierra, haciéndose cargo de la nave el que hasta
EL joven Capitan Otto Wermuth
ese momento fuera su primer oficial, Otto Wermuth, un teniente de navío de 24 años.
Wermuth se desempeñaba como submarinista desde principios de 1941, comandando por un breve periodo el U-853.
La mañana del 10 de julio había amanecido nublada y muy fría en Mar del Plata, entre las escolleras del puerto todo parecía normal hasta las 07:30. A esa hora el personal de vigilancia advirtió unas señales luminosas que venían desde mar adentro a unos 5 km de la costa.
El capitán de corbeta Ramón Sayús, a cargo de la guarnición, fue despertado de urgencia y conducido hasta el puesto de observación. Momentos más tarde, cuando descifró el mensaje que las luces transmitían, casi no creyó lo que estaba viendo, alguien desde alta mar se estaba identificando como «submarino alemán». Luego de 15 minutos, el capitán Sayus y el comandante alemán empezarían a intercambiar mensajes.
El oficial alemán se identificó como Otto Wermuth y le dijo que su intención era rendir el submarino ante autoridades argentinas. Después de aclarados los términos de la rendición, dio su autorización para que el submarino avanzara navegando en superficie y atracara amurado al guardacostas, junto a la escollera del puerto.
Las maniobras de amarre fueron tensamente vigiladas desde tierra, y una vez concluidas, los marinos argentinos vieron como Wermuth luciendo su uniforme de gala y sus condecoraciones, hacía formar en cubierta a sus hombres y esperaba a que llegara a su nave la tripulación de presa que tomaría el control del submarino.
A las pocas horas de la llegada del U-Boot, Wermuth y las autoridades argentinas firmarían el acta de rendición en regla, izándose a continuación la bandera Argentina en el puente.
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